Agradecemos a los más de 100 participantes que atendieron a nuestra tercera convocatoria; les ofrecimos nuestro modesto espacio para apoyar y publicar el trabajo de algunos de ustedes y nos da mucho gusto que lo aprovechen. Desafortunadamente tuvimos que descalificar a muchos, por el asunto de la regla del seudónimo, para nosotros es muy importante la transparencia y uno de los puntos fuertes es que, al no saber quienes son, podemos calificar la obra sin ninguna preferencia o ventaja. Los invitamos a seguir trabajando en sus proyectos, ¡no se desanimen!
A todos los que nos parecieron que podían ganar, les enviamos una serie de recomendaciones para que afinaran sus trabajos y agradecemos muchísimo su apertura y su esfuerzo; no conforme con ello, sobre el trabajo corregido les mandamos una primera corrección de estilo que fue nutriendo sus propuestas, cabe mencionar, que no todos fueron ganadores, pero esperamos que el proceso les haya sido útil, para nosotros lo fue mucho.
Todavía se va a hacer una corrección más, ya en puntos muy finos, con la idea de que el lector pueda tener un libro con el cuidado y el profesionalismo que se merece. Siempre habrá cosas que mejorar, gracias por ser parte de este proyecto.
A los ganadores les decimos que estén pendientes de nuestras redes sociales, pues ahí estaremos anunciando los avances y status del libro, así como la fecha de salida de la antología. En cuanto esté listo, tocaremos base con ustedes, vía mail, para ponernos de acuerdo en la entrega de sus ejemplares. Ahora mismo se están haciendo las ilustraciones de cada cuento, así como la portada.
Este año quedaron 10 ganadores, que ya anunciamos en nuestras redes sociales, con el seudónimo con el que participaron, pero acá los detallamos con sus nombres reales:
Víctor David Manzo Ozeda con el cuento “Desde la tercera cuerda al abismo” y con el seudónimo Scardavino.
Lourdes Briseida Ruiz Valdéz con el cuento “Un metro veinte” y con el seudónimo Tila de Llera.
Roberto Reyes Proa con el cuento “La última lucha del Xolo” y con el seudónimo Dabert Mapro.
Bernardo Barrientos Domínguez con el cuento “¿Cómo se rompen las niñas?” y con el seudónimo Fue Teté.
Enrique Villegas Ocampo con el cuento “Ahalcaná” y con el seudónimo Saulo de Tarso.
Manuel Mancilla Cristóbal con el cuento “El dolor de la carne muerta” y con el seudónimo Silencio N.
Canek Hernández Chale con el cuento “Los rudos no lloran (pero deberían)“, y con el seudónimo El mamarracho del Mictlán.
Erich Ricardo Flamarique Buenfil con el cuento “La tercera cuerda” y con el seudónimo Barbas Tengas.
Laura Lizeth Puente Hinojosa con el cuento “Recolector enmascarado” y con el seudónimo Alter Ego.
Canek Hernández Chale con el cuento “Lona vieja, sangre seca” y con el seudónimo Balada Cruda.

Tus comentarios me alimentan el alma.